Luces y sombras

La escritura creativa es una expresión artística y como tal nos permite sacar de dentro pensamientos, intuiciones, reflexiones sobre nuestro yo más interno y sobre nuestra interacción con el mundo que nos rodea. Para escribir poesía necesitamos conectarnos con esa parte más sensible de nosotros mismos, con la que está dispuesta a ver más allá de la superficie que lo envuelve todo, con aspectos más profundos de nuestro yo interior.
El poema surge de algún modo en un lugar ajeno y al margen de la voluntad. Tal vez esta sea la causa de que pueda llegar más allá que el pensamiento racional.
Repasemos las siete emociones básicas: alegría, tristeza, sorpresa, confianza o seguridad, asco, rabia y miedo.
Podemos encender una llama interior con cada emoción y ver qué tipo de luz arroja sobre nosotros. A veces se mezclan o se disfrazan.
Hazlo tú 
Poema guiado
Imagina que eres un soldado que regresa a casa después de años de guerra. Imagina tus ropas al cruzar el umbral o acercarte a tu hogar, revisa y contempla tus heridas, exteriores o interiores o las dos, imagina también tu miedo por lo que te has perdido, por la acogida, por el encuentro con tus seres queridos a los que no ves desde tiempo, por si siguen siendo las mismas personas o eres tú el que quizás ya no sea el mismo que se marchó. Escribe un poema en este contexto con libertad de metro y rima o bien un pequeño texto emotivo sobre este tema.
Peligro

Debemos advertir a cualquier persona que entre de lleno en la poesía que sufrirá consecuencias irreversibles. Sí, en este punto deberíamos anunciar con un cartel de peligro o warning a quien quiera traspasar estos umbrales, ya que revolver en el interior hará que afloren cosas maravillosas, pero también uno se topará de lleno con sus sombras. Sombra sería el lado oscuro de nuestra naturaleza.
Os propongo un pasaje a estos lares en el siguiente poema: Legión destroyer
Hay tiniebla en mis profundidades.
Tirita la legión destroyer.
¿Qué fuerza oculta arrasó mi campo?
¿Cuál era el mensaje equivocado
que trajo la paloma?
No soy más que un castillo derruido,
las ruinas de una ciudad incendiaria,
acuno batracios y alimañas
que solo llevan el fango envenenado
de mis charcas.
Procura alejarte de mis chacales
de pelaje limpio y mirada dulce.
Soy la triste noticia
de plásticos viviendo como algas,
el efecto devastador de un viento
que pone en vuelo la escoria.
Solo pido que el futuro me alcance
si no soy capaz de dar media vuelta.
Y es que toda luz tiene también asociada una sombra. Es más, una no puede sobrevivir sin la otra. A veces los poemas rescatan aspectos profundos de nuestras calderas y sótanos, allí donde guardamos, entre otras cosas, todo aquello que nos duele, nos da miedo o simplemente no sabemos gestionar. La poesía puede hacer de todo eso un canal, —que no un albañal— para ir manejándonos con ello.
Hazlo tú 
Elige un escenario que te sugiera una intensa emoción; fíjala de antemano. Escribe en una hoja de papel todas las palabras que te surjan de su visión, pero sin nombrar en ningún momento la emoción que has sentido. Estas palabras pueden incluir verbos, adjetivos sustantivos…Organiza un pequeño escrito en función de la emoción. No hace falta que sea poético. Después con esa matriz, vamos a moldearlo hasta que tome forma de poema.
Supongamos que pienso en un paisaje nevado. Podría escribir esta lista de palabras según cómo yo lo veo: blanco-árboles-esponja-frío-nieve-grieta-soledad-pisadas-columpio-silencio.
Vamos a darle forma. En este proceso, puede que algunas palabras desaparezcan, no así la emoción que surgió al ver o imaginar el paisaje.
Vuelvo de la noche
con luna entre las manos.
La ausencia de huellas
hundidas en la nieve
me pisa los talones.
Sé que el único habitante
estuvo aquí,
silenciando al frío.