¡Me traicionó el inconsciente! suele decirse cuando se comete un lapsus o un acto fallido en que uno tiene una intención, pero hace o dice otra cosa.
¿Qué es eso que llamamos inconsciente? ¿Es solo el conjunto de traumas, conflictos, impulsos reprimidos etc? Definitivamente NO. El inconsciente es mucho más que eso. Es un extenso territorio mucho más allá de lo que podemos percibir con la conciencia. El inconsciente tiene una sabiduría propia, no aprendida, una inteligencia de otro orden. La división entre consciente e inconsciente no es algo rígido sino que está en continuo flujo, los contenidos van y vienen entre consciente e inconsciente, pero no hablaremos de dos reinos separados sino de la misma unidad psíquica. El inconsciente personal contiene experiencias y memorias de nuestra trayectoria individual y en una capa más profunda estaría el inconsciente colectivo que contiene todo aquello que compartimos con todos los seres humanos, lo que Jung denominó arquetipos y que son patrones universales y heredados que nos predisponen a ciertas formas de interacción mental y emocional ante la vida.
Para Jung en el centro del inconsciente está el sí mismo o la esencia, o dicho de otro modo la porción del todo (universo) que está en mí. Él lo llamaba dios en mí, y a través de los sueños puede guiarnos a nuestro mejor destino si somos capaces de dejar que se manifieste. En este espacio descubrirán cómo el sí mismo puede expresarse en un personaje, un elemento o en una dinámica de un sueño. Yo lo he experimentado y les mostraré esos sueños. De momento, ahondemos un poco más para entender esto.
Cada vez tenemos más impedimentos para expresarnos. A través de un acercamiento al inconsciente, todos podemos acceder a una comprensión más amplia de la realidad. Esto nos predispone a vivir de manera más plena, a utilizar todos nuestros recursos, a darnos cuenta de la realidad en tanto en cuanto asumimos que un observador influye o puede influir sobre ella, a ser más empáticos y asertivos en nuestras relaciones.
Les dejo arriba este esquema con la metáfora del iceberg. Lo que se ve de él sobre la superficie es la conciencia y lo que está por debajo, aún más grande, más insondable es el inconsciente.
Alguien puede observar que lo que está en la superficie del agua se puede mover con el viento, pero el iceberg puede moverse contra el viento si las corrientes oceánicas lo llevan en otro sentido. Esto nos ayuda a entender que el iceberg se mueve por corrientes «subterráneas».
A través de los sueños el inconsciente puede mostrarnos cosas, aspectos de nosotros, conflictos sin resolver pero también elementos creativos, ideas, resoluciones de problemas. Hay cosas que el inconsciente quiere que sepamos, que nos enteremos. Una de las vías de comunicación que usa son los sueños. Hay que intentar comprender su lenguaje, no desde la racionalidad sino desde nuestro propio contexto.
Cuando cumplí quince años, mis amigas me regalaron un diccionario de sueños para interpretar el simbolismo de los sueños, regalo no muy habitual para una adolescente, pero yo ya había mostrado abiertamente mi interés por el mundo onírico, así que me maravilló el regalo. Soy una soñadora declarada, puedo decir que mi vida onírica es tanto o más interesante que la de vigilia, y fíjense que no digo mi vida real pues ambas las considero mi realidad. Ahora les respondo a la pregunta: ¿para qué sirve el diccionario de sueños? Entendí con los años que para nada. Puede que el concepto de símbolo sea universal, pero para cada uno de nosotros tendrá matices diferentes según nuestro contexto y la forma de vida. A cada uno nos resuenan las cosas de diferente manera.
Este es un espacio de sueños, así que les compartiré uno de los míos para ejemplificar lo que vamos diciendo. Me será fácil porque llevo un diario de sueños. No los apunto todos los días, a veces solo cuando me apetece o me han llamado la atención. Esta es una transcripción fiel de mi diario. Lo que está entre signos de interrogación no lo recuerdo con mucha nitidez.
Estoy sacando bolsos de un camión, la mayoría son oscuros y los voy tirando ¿abajo? pues yo estoy montada en el remolque. Creo que está mi abuela conmigo. Ella encuentra la causa de algo en el dibujo de una niña que ha pintado un mundo más ecologista.
En este sueño, hay un elemento clave para mí: los bolsos y es que mi abuela tenía muchos. Cuando empezó con los primeros síntomas del Alzheimer, siempre buscábamos en ellos las cosas que había perdido. El color de los bolsos de mi sueño es oscuro. Intuyo que pueden ser todos esos recuerdos de cuando se inició la enfermedad. Me estoy deshaciendo de ellos de alguna manera porque son dolorosos; representan esos aspectos cotidianos que no vuelven a funcionar como eran antes.
¿Y que me dicen del dibujo? Puede ser mi deseo de mantener un recuerdo de ella apartado de la enfermedad. Uno aunque no quiera siempre recuerda los últimos años y el deterioro de la persona que se fue. Es inevitable. El dibujo es de un mundo más ecologista, hecho por una niña, sin esa contaminación que lo empobrece. En un mundo ecológico las cosas están igual que en el contaminado pero esa contaminación las vuelve oscuras, irrespirables. El inconsciente me conectó con la idea de que si acepto que esos recuerdos son parte de ella y también de mí, todo se transforma de manera más luminosa.
Atendiendo a la emoción del sueño, aspecto importante, puedo decir que la escena de tirada de bolsos fue triste, sin embargo el hallazgo del dibujo me infundió una calma que cuando desperté aún conservaba.
Este es un análisis desde mi perspectiva y contexto, pues yo soy el sujeto soñante. A veces es imposible dar un análisis exhaustivo de un sueño desde nuestra comprensión consciente. Lo importante es ir reconociendo y descubriendo aspectos nuestros en ellos. Por eso no me interesa tanto interpretar, sino que prefiero analizar esos elementos al natural, al desnudo, ver qué pueden decirme según mi situación, mi estado vital. En artículos sucesivos aprenderemos a preguntar a nuestros sueños. También a identificarnos con aquellos elementos que nos hayan llamado la atención, a ser ellos y hablarnos desde ahí. ¿Y qué ocurre si equivocamos el mensaje que nos quiere hacer llegar el inconsciente? Pues no pasa absolutamente nada, pues es tan inteligente y generoso que nos enviará otro sueño con la misma información. Eso sí, necesita un poco de receptividad por nuestra parte.
Por hoy, ya tienen material para, al menos, tomar en cuenta sus sueños.
¡Muchas gracias, soñantes!
¡Que tengan lindos sueños!
Qué buena entrega! Que interesante el inconsciente, me encantaría aprender mucho más y también analizar mis propios sueños. Te seguiré leyendo, gracias por estos aportes de estos temas que nos invitan a ala reflexión.