El bosque
Mi corazón son todas las margaritas que no permite este campo, tu visita es fugaz y el astrolabio vive tentado de aprender mapas en todo lo que se le antoja universo como esta risa que decidimos.
Mi corazón son todas las margaritas que no permite este campo, tu visita es fugaz y el astrolabio vive tentado de aprender mapas en todo lo que se le antoja universo como esta risa que decidimos.
Y se fueron haciendo de papel todos los barcos, pero las olas no doblegaron su esfinge de sal endiosada. Nunca domines el mar, me dijo mientras su barba crecía al infinito del viento. Yo no hice caso y adiestré caracolas ignorando la mancha lunar de los días. Cuando desperté se había ído, dejó su … Leer más
Encuentro En la más pura irrealidad hay un vestigio de luna, una hoja clara, apenas señuelo de entusiasmo en el brote que adivina lo verde. Hay un amarillear en la calma, un gesto de piedra estéril en lo que se desvanece a destiempo. Caperucita I Mi hoja sigue su complacer humano, ha caído en … Leer más
Recorro tu abrazo como si fuera el último camino. Serpentea la hiedra de los días despacio, en sigilo de tiempo. A rastras se trazan senderos por pieles mudadas. Recorro tu abrazo como si fuera el último bastión que me pertenece.
A veces no me encuentro, me llamo a gritos y no estoy, escudriño las madrigueras, los pecados, la fila del pan. El último tren ha tomado un marco y adorna mi sonrisa. Siempre la misma parada frente al mismo movimiento. La espiral del vicio de sentirme ajena. Y floto en este desván oculto de tarotistas … Leer más
Fuimos cascotes del mismo silencio.
Casi siempre en la ganancia hay un brazo que se inclina al milagro de lo antiguo. El desuso es la razón que avejenta lo pospuesto.
Un hechizo bastó solo; tres monedas en un plato y un destino por delante ¿o detrás de lo que asusta?
He paseado por mi rastro, solo cachivaches sin importancia. La curiosidad de lo maldito ha tomado las calles de este reino sin herrumbre en las historias. La polilla es la enfermedad grave que acrecienta los rincones, brujería barata para ahuyentar aquelarres en la quema de decisiones.
«Siempre» es un horizonte acartonado, la nube hace efímero el día.