¿Cambia la perspectiva de la escritura si pensamos en que alguien nos leerá?
Todo escritor alberga el sueño de que sus creaciones atraviesen fronteras, lleguen a la gente, aparezcan en las vallas publicitarias, abarroten librerías… espera, espera, ¿para quién escribimos entonces? Te recomiendo que practiques la honestidad de la que hablamos en el artículo “Desde dónde escribimos” y escribas sin pensar tanto en agradar al lector. Eso no quiere decir que no debamos refinar el estilo y elegir las palabras con mimo, pero el primer lector y el más crítico serás tú mismo, así que no te defraudes. Cuando tengas lista tu creación puedes mostrarla a un entorno cercano para que te ofrezca su opinión. ¡Si son muy allegados, posiblemente no sean sinceros del todo.
Por otro lado, que una editorial publique un manuscrito de alguien que está empezando es difícil, pero siempre puedes optar a la autoedición, bien con una editorial o de la mano de un pequeño negocio de impresión. Hay gente que se dedica a hacer tiradas de pocos ejemplares de forma artesanal a bajo coste, sin muchas florituras, pero que conseguirán que veamos nuestra inspiración materializada en algo tangible y atemporal como es un libro.
Sabes? El mundo necesita más poesía, necesita asideros donde soñar y soltarse, manos dispuestas a guiar a otras hacia realidades donde somos más libres, más conocedores de lo humano y menos bloques de hormigón en ciudades cuadriculadas.
Y tú, ¿te atreves a lanzar tu avioncito de papel?